Las fiestas de la pandemia podrían acabar con la responsabilidad penal por asesinato
"Esto es un delito, no una fiesta", opinó el juez.
La responsabilidad por homicidio involuntario es exactamente lo que puede esperar a quienes organizan fiestas durante la distribución de COVID-19. Los expertos legales dicen que los infractores deberían tener en cuenta las palabras de un juez de B.C.
Ellen Gordon condenó a Mohammad Mowassagi, que convirtió su ático en un club nocturno y organizó una fiesta para 78 personas, a un día de cárcel, una multa de 5.000 dólares CAD y 18 meses de libertad condicional. El incidente tuvo lugar a finales de enero. Pero el castigo podría haber sido mucho más duro.
"Si alguien estuvo en tu fiesta y se infectó y murió, en lo que a mí respecta, eres culpable de homicidio involuntario", dijo Gordon. — Si alguien estuvo en tu fiesta y se contagió del virus e infectó a su abuela, también eres culpable de homicidio involuntario".
Gordon calificó lo ocurrido como "un crimen, no una fiesta". Mowassagi se disculpó ante el juez y el público. Desde entonces, dijo, siempre ha llevado una máscara y ha mantenido las distancias. En Canadá, no hay una condena mínima por homicidio, pero puede llegar a la cadena perpetua.
Lisa Dufreimont, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de York, señaló que el juez tiene razón.
"Si resulta en la muerte de alguien, como dijo el juez, podría equivaler a un homicidio", compartió Duframont en una entrevista.
Isabel Grant, profesora de la Facultad de Derecho Peter A. Allard de la Universidad de Columbia Británica, tiene una opinión diferente. Merece la pena ser prudente a la hora de acusar a alguien de homicidio, dice. Determinar exactamente dónde contrajo el virus una persona sería muy difícil.
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