Cómo afectó la huelga del PSAC a la vida de los canadienses
Los escolares se quedan en casa y los pescadores furtivos capturan peces raros.
Continúa en Canadá la huelga del Sindicato local de Servicios Públicos (PSAC). Miles de personas participan en ella en todo el país, exigiendo aumentos salariales y la introducción de pensiones de antigüedad. En el caso de la mayoría de los organismos, ralentiza su trabajo en lugar de pararlo del todo: mientras algunos empleados están en huelga, sus colegas siguen trabajando. Las instituciones muy pequeñas, sin embargo, lo están pasando mal: se ven obligadas a cerrar temporalmente. Hace poco, unos escolares de Quebec tuvieron suerte y unos peces raros corrieron peligro de ser capturados completamente por cazadores furtivos.
Hay una pequeña ciudad en Quebec llamada Sanon. Sólo viven allí unas 7.000 personas. Recientemente, hasta tres escuelas cancelaron las clases allí. No, los profesores no huyeron de las clases para apoyar al sindicato. Se quedaron a cumplir con su deber. Pero los huelguistas bloquearon las rutas en coche que los estudiantes utilizaban para llegar a las escuelas. Autobuses y coches se vieron atrapados en atascos de horas, y las escuelas cancelaron las clases porque los niños no podían llegar a ellas sin peligro.
La alcaldesa, Sarah Perrault, afirma que el municipio se ha convertido en rehén de la huelga. "Las consecuencias para los residentes del municipio se han vuelto insoportables", declaró Perrault en un comunicado de prensa el miércoles. Exige que el gobierno federal utilice todos los medios a su alcance para poner fin a esta situación, incluida una orden judicial contra la huelga.
En el mismo comunicado de prensa, los responsables municipales enumeran todos sus trastornos a causa del sindicato de funcionarios: obstrucción de la calle De la Bravoire en hora punta, bloqueo del tráfico de autobuses escolares, peligro para los alumnos y los guardias de seguridad de los colegios, cierre de dos escuelas primarias y guarderías.
Los defensores de los animales de Nueva Escocia dan la voz de alarma: Los pescadores furtivos se están apoderando de los ríos locales, y los empleados en huelga del equivalente canadiense de la Inspección Pesquera no responden a los llamamientos del público. Especies raras y valiosas, como la angula, están amenazadas. Con precios de hasta 5.000 dólares por kilogramo, estos animales son muy importantes para la economía de la región. Además, son parte integrante del ecosistema de ríos locales como el Liscombe. Si las anguilas desaparecen, algunos habitantes de los embalses también morirán, y otros, por el contrario, se reproducirán en exceso.
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