El Primer Ministro de los Territorios del Noroeste quiere suprimir uno de los impuestos medioambientales
El nuevo jefe de la región las considera inadecuadas y demasiado elevadas.
El nuevo Primer Ministro no partidista de los Territorios del Noroeste, R.J. Simpson, dijo que, en un mundo ideal, Ottawa tendría que permitir a los territorios no aplicar el impuesto sobre el carbono.
"Los costes ya son altos: aumentarlos no es la solución aquí".
El sistema de tarificación del carbono del gobierno federal exige a las provincias que implanten sus propios sistemas que cumplan las normas federales o que utilicen el sistema federal existente. Los Territorios del Noroeste tienen su propio sistema de precios del carbono. El territorio lo había revisado previamente para eliminar los descuentos en combustible para calefacción en abril.
Sin embargo, el gobierno territorial se disolvió a mediados de octubre debido a las elecciones. Eso significa que el gobierno territorial no estaba en sesión cuando el gobierno federal anunció a finales de mes que dejaría de utilizar fuelóleo para calentar los hogares.
Inmediatamente después de su elección, Simpson afirmó que el impuesto sobre el carbono "no funciona" en la región, porque el coste de la vida (calefacción, electricidad) es demasiado alto:
"[Si] los altos costes es lo que va a hacer que la gente utilice energía y tecnología ecológicas, ya lo habríamos hecho hace años".
La falta de infraestructuras, conexiones a la red eléctrica del sur y otros factores han obstaculizado la adopción de la energía verde, según el Primer Ministro. Por ejemplo, las bombas de calor, por las que se está apostando en Ontario, funcionan de forma intermitente con las temperaturas invernales de los Territorios del Noroeste. Simpson ha indicado que va a pedir ayuda al gobierno federal para solucionar estos problemas. De modo que el Primer Ministro está señalando suavemente que si Ottawa quiere que los territorios canadienses sean más ecológicos, primero tendrá que invertir en infraestructuras.
¿Y Ottawa?
No es ningún secreto que la agenda medioambiental es uno de los pilares de la política del Partido Liberal en el poder. El primer ministro Justin Trudeau se muestra inflexible a la hora de mantener el impuesto sobre el carbono. Al mismo tiempo, los jefes de las distintas provincias y territorios insisten en que el Gobierno federal haga una excepción con todos los combustibles utilizados para la calefacción doméstica.
El opositor Partido Conservador de Canadá, representado por su líder Pierre Poilievre, se ha resistido sistemáticamente a la política fiscal medioambiental de los liberales. El partido ha recurrido recientemente a tácticas dilatorias de procedimiento para intentar debilitar de nuevo la legislación fiscal en este ámbito. Su objetivo es introducir créditos fiscales sobre el carbono para algunos agricultores y pueblos indígenas.