El Canadá atlántico está ganando una increíble popularidad
¿Por qué los canadienses abandonan las áreas metropolitanas?
Cada vez son más los canadienses que buscan establecerse no en Toronto y Vancouver como antes, sino en las provincias atlánticas de Canadá: Nueva Escocia, Nuevo Brunswick, Terranova y Labrador o en Isla del Príncipe Eduardo.
Lee y Rebecca Larabee son el caso de una familia que se traslada de Toronto a Springhill, un pueblo de Nueva Escocia de menos de 3.000 habitantes en el que la pareja nunca había estado. Hacía tiempo que querían abandonar la metrópoli por los precios cada vez más altos, el pequeño apartamento y el ajetreo, pero la pandemia puso el punto final.
"Cada vez que Rebecca va a trabajar, me preocupa porque está poniendo literalmente en riesgo su vida por un salario que apenas supera el mínimo", dice Lee Larabee.
En 2015, a Rebecca le diagnosticaron mielitis transversal, una enfermedad neurológica caracterizada por la inflamación de la médula espinal. El salón de tatuajes Lee's de Toronto, que llevaba cerrado desde noviembre, echó aceite al fuego. La pareja lo vendió.
Lee dice que han recibido muchos mensajes de buenos deseos de los residentes de Springhill en las comunidades de Facebook. La gente incluso se ha ofrecido a comprarles alimentos para el periodo obligatorio de autoaislamiento de 14 días a su llegada.
Larabee es una de las muchas familias de Ontario que viajan a las provincias atlánticas en medio de la tercera ola de la pandemia.
Sandra Pike, una agente inmobiliaria de Halifax (Nueva Escocia), nos cuenta que cerca de la mitad de los nuevos clientes para los que ha estado realizando presentaciones inmobiliarias en línea últimamente son de Ontario. Eso es mucho más que en años anteriores.
Los clientes citan el coste de la vida como la principal razón, pero la pandemia influyó en la decisión final. La preocupación por el COVID-19 hace que la gente busque un lugar con un estilo de vida más tranquilo, y el trabajo a distancia permite trasladarse a cualquier ciudad. Pike también señaló que ha visto en las redes sociales que la gente está descontenta con el número de nuevos inmigrantes en Ontario. Los residentes temen que se produzca un nuevo repunte de las enfermedades y que se disparen los precios de los inmuebles.
Steve Jordens, profesor de psicología de la Universidad de Toronto que nació en Nueva Brunswick, compara el impulso de irse a provincias más tranquilas con una respuesta instintiva ante una amenaza: luchar o huir.
"La lucha no está funcionando: la pandemia vuelve oleada tras oleada", dijo Jordens. — Así que el siguiente paso natural es huir".
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Muchas personas consideran que la vida en Ontario es insegura. Aunque el número de infecciones ha empezado a disminuir, y a la inversa, a aumentar en el Canadá atlántico, la diferencia sigue sin ser comparable. Nueva Escocia, por ejemplo, informó de 133 casos el domingo, frente a los 3.436 de Ontario.
Nueva Escocia ha reforzado recientemente las restricciones de cuarentena. En la provincia sólo funcionan los negocios esenciales, y los residentes sólo pueden desplazarse dentro de su ciudad.
