Por qué dañar los lugares de culto cristianos en Canadá se ha convertido en la norma
Si los santuarios de otras religiones fueran atacados, ¿qué tipo de resonancia causaría?
"¡Sólo son iglesias! Gran cosa". — esta parece ser la reacción más común y generalizada de la gente ante las inquietantes noticias de incendios y vandalismo a las que se ven sometidas hoy las iglesias cristianas en Canadá. ¿Cuántas iglesias, católicas, protestantes o de otro tipo, situadas dentro y fuera de las tierras indígenas han sido profanadas, gravemente dañadas e incluso quemadas hasta los cimientos en las últimas semanas?
En el último recuento, había más de 20. Algunos se han convertido en puras cenizas, otros han sobrevivido milagrosamente tras intentos de incendio infructuosos. Los vándalos están muy seguros. Y no se sabe qué iglesia será su próximo objetivo.
El primer ministro de Saskatchewan, Scott Moe, tuiteó sus condolencias por la destrucción de una iglesia católica romana cerca del lago Redberry. Como escribió el primer ministro, se trataba de una iglesia de su circunscripción a la que acudían generaciones de vecinos, personas de las que recibía apoyo y aprobación.
Poco se dice ahora que los actos de vandalismo no sólo destruyeron edificios eclesiásticos, sino que también supusieron un gran golpe para los feligreses de estas iglesias. Cientos de creyentes han visto sus casas de culto destruidas y su fe insultada por actos de violencia. Todo esto privó al pueblo de la atención pastoral tan necesaria para ellos.
"Cuando nos arrancan de la iglesia de esta manera tan cruel, es horrible", expresó con amargura una mujer que vive cerca de la iglesia demolida cerca del lago Redberry.
Los atacantes deben ser castigados
La fe, para quienes tienen valores cristianos, es uno de los santuarios más profundos, y para algunos, quizá el más profundo. Entonces, ¿por qué toda la serie de ataques a las iglesias cristianas recibe una cobertura muy superficial en los medios de comunicación canadienses?
La pregunta ya ha surgido: si se atacasen 10 o 20 lugares sagrados de cualquier otra religión, ¿cuál sería la reacción de los gobiernos y los medios de comunicación de Canadá?
El renombrado periodista canadiense Alan Fryer comentó: "Si las iglesias fueran mezquitas, sinagogas o gurudwaras (templos sijs), los medios de comunicación utilizarían todos sus recursos para apoyarlas y también para presionar a la policía y a los políticos para que tomen sus medidas para reforzar el orden público. Y eso sería lo correcto.
Pero deberíamos esperar la misma sensibilidad, vigilancia e investigación urgente de lo que ocurre con la quema de iglesias cristianas. Un ataque a la fe de cualquier persona o a un símbolo de su fe debe ser castigado de la misma manera.
Cabe destacar que las personas que más se han pronunciado en defensa de los cristianos con llamamientos a detener la quema de sus lugares de culto son aquellos de los que nadie lo esperaba: los pueblos indígenas de Canadá. Son ellos los que ahora lloran todas las atrocidades cometidas contra sus hijos, los que más condenan la violencia y el vandalismo en que se ha sumido la sociedad canadiense. A veces los que más sufren tienen los corazones más generosos. Y esa es una buena lección para todos nosotros.