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Los horrores del trabajo en Canadá: ¿Cómo se engaña a los inmigrantes y qué se puede hacer?

Los horrores del trabajo en Canadá: ¿Cómo se engaña a los inmigrantes y qué se puede hacer?

Unas chicas de Ucrania consiguieron un trabajo en Canadá, pero se enfrentaron a una violación de derechos por parte de su empleador. Aceptaron contarnos cómo salieron de esta situación.

Conseguir un trabajo en Canadá puede ser un viaje largo y arduo. Y lo peor es que acabes con un empleador sin escrúpulos. Esta fue la situación a la que se enfrentaron Liusya y Alya, chicas de Ucrania, que fueron a la provincia de Ontario a trabajar en una granja. Hacía tiempo que soñaban con Canadá, pero cuando llegaron recibieron un alojamiento en malas condiciones, humillaciones de los directivos, amenazas de despido y constantes horas extras.

Historia de las mujeres inmigrantes

Tanto Lucy como Ali tienen experiencia de vivir en diferentes países europeos y de trabajar en la industria agroalimentaria.

"País libre, buen sueldo, seguridad", así se imaginaban las chicas a Canadá.

Eligieron este país, entre otras cosas, porque es mucho más fácil obtener la residencia permanente allí que en otros países. Las chicas habían planeado originalmente solicitarlo a través del sistema Express Entry, pero decidieron seguir a un amigo que tenía un contrato de trabajo con una granja de pimientos.

Empleo y condiciones

Ljusia y Alya consiguen un trabajo a través de una agencia de contratación en su país de origen, Ucrania. Para los trabajadores del campo, ofrecen un horario de 45 horas semanales con un salario mínimo por hora en la provincia en la que esté abierto el puesto de trabajo. Las chicas aceptaron el trabajo en Ontario, donde el salario mínimo es de 14,35 CAD por hora. Los servicios de la agencia junto con el visado de trabajo cuestan entre 3000 y 4000 USD.

No se exigía ninguna prueba de idiomas para el trabajo, sólo había que escribir sobre uno mismo y adjuntar una foto de 3x4 cm. Tardamos alrededor de un mes y medio en completar todo el papeleo.

El invernadero donde se alojaban las niñas estaba a 40 minutos en coche de la ciudad más cercana, y a la tienda sólo se podía acceder en coche. La agencia prometió a las chicas alojamiento en una casa nueva, pero acabaron en una casa sucia y sin reparar.

"Estábamos limpiando todo después de un vuelo de 11 horas, era imposible incluso ir a la cama allí", dice Alya sobre su facturación.

Pagaban los servicios públicos (unos 125 dólares canadienses al mes) y compraban su propia comida. Su empleador los llevaba a la tienda una vez por quincena.

Problemas en el trabajo

Resultó que el alojamiento no era lo peor que les esperaba a Alya y Lucy en Canadá. Al cabo de una semana de trabajo, mientras las chicas seguían formándose, empezaron a llover las acusaciones por todo tipo de motivos. Se les acusaba de estropear los productos y de bajar las ventas, se les amenazaba con el despido, y sus jefes levantaban la voz con regularidad. Esto no sólo afectó a Lucía y Alya, sino a todos los trabajadores de su país.

Pero luego empeoró: empezaron a trabajar sin días libres. Los empleados trabajaban entre 65 y 70 horas a la semana en lugar de las 45 horas permitidas. Las horas extraordinarias se pagaron a la tarifa normal, sin paga extra. Esto duró un mes y medio, tras el cual las chicas pensaron en volver a casa.

No podían conseguir otro trabajo porque habían obtenido un visado de tipo cerrado, que sólo les permitía trabajar para un solo empleador.

La solución

Lyusia y Alya decidieron buscar formas de resolver el problema. Encontraron un programa para proteger a los trabajadores vulnerables en un sitio web del gobierno canadiense, en el que se detalla qué hacer si te encuentras con un empleador sin escrúpulos.

"Decidimos intentar quejarnos, pensamos que tal vez algo funcionaría. No creíamos realmente en ello, pero decidimos intentarlo", dijeron las chicas.

Necesitaban enviar pruebas al gobierno de una violación de los derechos de los empleados. Eran fotos de la casa y del programa de trabajo, así como una descripción detallada de lo que estaba ocurriendo.

Apenas tres días después, Alya y Ljusia recibieron la respuesta de que su reclamación había sido atendida. Una semana más tarde recibieron por correo nuevos permisos de trabajo que les permitían trabajar en cualquier empresa de Canadá.

La otra cara de Canadá

Las chicas se trasladaron a Vancouver, en la provincia de Columbia Británica. Decidieron aspirar a dos programas de inmigración a la vez para poder esperar vivir permanentemente en el futuro: Lucía ha aceptado un trabajo como ayudante de cocina y solicitará la vía de cualificación baja y media, para la que son aptos los trabajadores de la hostelería, mientras que Alya se convirtió en niñera con una familia de habla rusa y tiene previsto solicitar el programa de niñeras.

Lucía trabaja ahora 8 horas, 5 días a la semana, por 17 dólares canadienses la hora, más 2 dólares canadienses extra por hora, lo que hace un total de 19 dólares canadienses la hora. Además, hay almuerzos gratuitos (cualquier plato del menú).

"En realidad es un trabajo muy fácil. Hago conservas, corto quesos, corto verduras y, a veces, ayudo a preparar ensaladas", dice Lucía.

Alya, en cambio, acabó con una buena familia que le paga 18 dólares canadienses por hora con el mismo horario.

El coste de la vida en Canadá

Vancouver es una de las ciudades más caras de Canadá, y las chicas trabajan por un salario muy modesto, para los estándares canadienses. Pero, según ellos, tienen suficiente para todo.

Alquilan una parte de una casa unifamiliar: es un salón, un dormitorio y una cocina, y las niñas comparten el baño con otra familia. El alquiler cuesta $1200 CAD al mes, los servicios públicos están incluidos, internet es compartido con los vecinos y cuesta $25 CAD. Se gastan entre 500 y 600 dólares canadienses para dos personas en comida y unos 200 dólares canadienses en viajes.

Lucy y Alya dicen que cada una de ellas tiene 1.300-1500 CAD al mes para gastar en entretenimiento, viajes y regalos para sus padres después de todos sus gastos.

Alex Pavlenko, fundador de Immigrant.Today

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