En Quebec, los fuegos artificiales se han comparado con bombas químicas
Las autoridades del Mont Tramblanc quieren prohibir los fuegos artificiales.
Las autoridades municipales de Mont-Tramblanc, una popular estación de esquí de Quebec, van a prohibir el lanzamiento de fuegos artificiales en su territorio. El principal motivo de la prohibición es la preocupación por el medio ambiente.
"Es como lanzar una pequeña bomba química a la naturaleza", dijo la teniente de alcalde Dominique Laverdure sobre el lanzamiento de fuegos artificiales. Según ella, los fuegos artificiales pueden provocar incendios forestales, contaminar los lagos y asustar a los animales.
Laverdure señaló que cualquier festividad puede celebrarse de un modo más seguro para la naturaleza. Espera que otras ciudades canadienses sigan el ejemplo de Mont Tremblant.
La iniciativa fue apoyada por André Belayle, presidente de la asociación quebequesa de lucha contra la contaminación atmosférica.
"Las partículas de azufre que se liberan en el aire [tras el disparo de los fuegos artificiales] pueden molestar a las personas, especialmente a los niños, los ancianos y las personas con afecciones respiratorias o cardíacas", señala Belail.
Para comprar y utilizar fuegos artificiales en Canadá, hay que obtener un permiso especial de las autoridades. Quienes quieran encender fuegos artificiales deben seguir unas normas estrictas: elegir un lugar adecuado, mantener la distancia necesaria de espectadores y edificios, disponer de extintores de cierta clase, etc. Los canadienses suelen encender fuegos artificiales en otoño: en Halloween y Diwali.
Cada ciudad tiene sus propias normas en materia de fuegos artificiales. En Brampton y Vancouver, por ejemplo, los particulares no pueden comprar ni utilizar fuegos artificiales, pero la prohibición no se aplica a los ayuntamientos ni a la industria cinematográfica. Por regla general, las autoridades municipales imponen condiciones estrictas para expedir un permiso de uso de fuegos artificiales.
El 10 de abril entrará en vigor la prohibición de los fuegos artificiales en Mont-Tremblant.