Deportistas transexuales en el deporte femenino: ¿basta ya?
Analicemos los escándalos más sonados relacionados con cuestiones LGBTQ+ en el deporte de Canadá y Estados Unidos.
El tema ha suscitado debates en múltiples ocasiones, pero en el último mes se han producido tres conflictos en Canadá y su vecino, Estados Unidos, que han dividido a la sociedad en dos bandos. Están relacionados con la participación de atletas transexuales en el deporte femenino.
Cabe señalar que en Canadá y Estados Unidos existen leyes que permiten participar en competiciones femeninas a cualquier persona que se identifique como mujer. No hay requisitos de confirmación de la identidad de género, basta con la palabra de la participante. Incluso si el atleta tiene barba, hombros anchos y muñecas más anchas que las de sus competidoras femeninas.
El entrenador canadiense de powerlifting, Avi Silverberg, utilizó estas reglas en su beneficio. Sin embargo, entró en la competición femenina con el objetivo de protestar. El fornido atleta batió al instante todos los récords posibles, levantando una pesa de pecho que superaba su propio peso. Lo hizo para demostrar lo absurdo de las normas de género en la Federación Canadiense y Americana de Powerlifting. También respondió a la atleta transexual Anne Andres.
Andrés, que visualmente se diferencia muy poco del hombre que era antes, ostenta el último récord en la categoría de peso superpesado de Canadá. Ganó 8 de las 9 competiciones en las que participó y se burló de sus competidoras, llamándolas débiles.
Las chicas, enfadadas, se dirigieron primero a la federación nacional de powerlifting, pero no recibieron respuesta. Luego pidieron ayuda a Avi, que no pudo negársela, porque él mismo considera una locura la norma de autoidentificación de género en el deporte. La propia Anne Andres calificó al nuevo campeón femenino de cobarde e hipócrita.
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