Hackers rusos logran acceder a la red de gas canadiense
Una filtración del Pentágono advierte de que los delincuentes están a punto de atacar las infraestructuras de Canadá.
Recientemente han aparecido en Internet grandes cantidades de información clasificada, recopilada larga y meticulosamente por las agencias de inteligencia estadounidenses. Terabytes de material sobre la cooperación de Estados Unidos y la OTAN en Ucrania, secretos chinos, espionaje estadounidense, así como información relativa al grupo de hackers Zarya.
El Wall Street Journal no pudo verificar de forma independiente la autenticidad de los documentos, pero los materiales contienen suficientes detalles como para darles credibilidad. La embajada rusa optó por no hacer comentarios sobre la petición estadounidense, dejando las acusaciones sin respuesta.
Los servicios de inteligencia sugieren que los delincuentes actuaron con el FSB y pretendían piratear la red de distribución de gas natural. Canadá es uno de los mayores productores mundiales de este recurso. El regulador energético del país controla 68.000 km de gasoductos, la mayoría en funcionamiento. Las principales empresas canadienses ya han informado de que sus infraestructuras no han resultado dañadas por el intento de pirateo.
Los hackers afirman que el acceso obtenido les permitirá aumentar la presión de la válvula, desactivar las alarmas y cerrar el centro de distribución de gas. Según los investigadores, Zarya es una formación de hackers relativamente nueva. Los delincuentes son descendientes de Killnet, el colectivo que ha reivindicado la autoría de una oleada de ciberataques en Ucrania.
Los expertos no están muy sorprendidos de que los piratas informáticos hayan podido acceder a la red de distribución de gas. Sin embargo, señalan que hay una gran diferencia entre interrumpir el suministro eléctrico de Canadá y dañar propiedades. Es bastante habitual que los piratas informáticos accedan a instalaciones industriales. Lo cierto es que "pulsar botones" no significa necesariamente que vaya a producirse una interrupción o una pérdida económica. Pueden pasar años antes de que los delincuentes descubran el funcionamiento interno y desencadenen un accidente.
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