El adjunto de Trudeau se descuidó en los medios de comunicación
El precio de la palabra pública en la política pública canadiense.
Chrystia Freeland es una exitosa política canadiense. Ha sido ministra de Asuntos Exteriores y ahora se encarga del presupuesto de Canadá, además de ser la décima viceprimera ministra de Canadá de Justin Trudeau, el actual primer ministro.
En una de sus entrevistas, cuando le preguntaron por la vida de los canadienses con rentas bajas, intentó mostrarse comprensiva, pero el público consideró su gesto cínico.
"Yo personalmente, como madre y esposa, miro con atención la factura de mi tarjeta de crédito una vez al mes, y el domingo pasado les dije a los niños: 'Ya sois mayores. Ya no veis Disney. Vamos a cortar esa suscripción a Disney Plus'. Creo que debo adoptar exactamente el mismo enfoque con las finanzas del gobierno federal, porque es el dinero de los canadienses", declaró Freeland a Global News.
Cuando su entrevista se difundió por todo el país y fue vista casi un millón de veces en apenas un par de días, la indignación fue en aumento. Quizá Freeland quería demostrar que gestionar miles de millones de dólares no es tan distinto de llevar una casa. Como resultado, fue bombardeada con un clamor de correos electrónicos y comentarios airados en las redes sociales.
"Este consejo es tan sabio como el de los boomers diciéndoles a los jóvenes que si se saltaran la tostada de aguacate podrían permitirse una casa", dijo una persona en los medios de comunicación.
Algunos comentaristas consideraron que el intento de la ministra de pasar desapercibida, como cuando la princesa Jasmine visitaba el mercado en "Aladino" y se encontraba con una forma de vida menos real. Los enfurecidos la llamaron "engreída", "elitista", "despistada" y "con derecho".
Los ministros del gobierno federal ganarán este año algo más de 289.000 CAD. Según Statistics Canada, los ingresos de la familia media, por ejemplo, en Nunavut fueron de 82.600 CAD.
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