¿Cómo consiguieron las mujeres canadienses el derecho a ser elegidas para el Senado?
En 1927, cinco mujeres acudieron al Tribunal Supremo de Canadá para preguntar si la palabra persona, "personalidad", se refería a las personas de sexo femenino. ¿Qué pasó después?
Según el Acta Constitucional de la América del Norte Británica, la ley suprema de Canadá, sólo una persona cualificada, una "persona competente", podía ser elegida para el Senado. Se especifican tres condiciones: ser mayor de 30 años, tener una propiedad de al menos 4.000 dólares canadienses y residir en la provincia desde la que se presenta el candidato.
En 1867 la palabra "persona" sólo significaba hombre, pero en 1922 las mujeres activistas de Alberta decidieron nominar al Senado a Emily Murphy, la primera mujer juez de Canadá. Miles de personas de todo Canadá apoyaron la idea, y los periódicos se hicieron eco de ella. El gobierno se negó, alegando la Ley de la Constitución. El Primer Ministro planteó una enmienda a la ley, pero los senadores empezaron a dar largas.
En 1927, en todas las provincias canadienses, excepto en Quebec, las mujeres podían votar en las elecciones. Los tiempos han cambiado. En virtud de la Ley del Tribunal Supremo de Canadá, un grupo de cinco personas puede pedir al gobierno que encargue al Tribunal Supremo la interpretación de un determinado artículo de la ley. Y el 27 de agosto de 1927, Emily Murphy y otras cuatro mujeres escribieron una petición exigiendo que se determinara si la mujer era una persona.
Seis meses más tarde, el Tribunal Supremo de Canadá dictaminó por unanimidad que las mujeres no figuraban entre las "personalidades" mencionadas en la ley porque en 1867 nadie podía imaginar a una mujer en un puesto de responsabilidad. Emily Murphy y sus amigos activistas recurrieron entonces al más alto tribunal, el Comité Judicial del Consejo Privado de Londres.
En 1929, un tribunal inglés dictaminó que las mujeres podían seguir siendo senadoras. Emily Murphy nunca fue elegida para el Senado, pero las mujeres fueron reconocidas legalmente como personas, lo que ya fue un gran avance. El 15 de febrero de 1930, Caryn Wilson se convirtió en la primera mujer senadora de Canadá.
Desde 1979, Canadá elige cada año a cinco personas que han contribuido a la igualdad de género y les entrega un premio. En 1999, se inauguró un monumento a las cinco mujeres, las Famous Five, en la plaza olímpica de Calgary (Alberta). En el año 2000 se erigió un monumento en su honor en la colina del Parlamento de Ottawa.
A pesar de los enormes cambios de actitud hacia las mujeres en el último siglo, en Canadá las mujeres siguen ganando la mitad que los hombres. Pero hay que tener en cuenta que la mentalidad de las mujeres canadienses es muy diferente a la de las mujeres de la CEI. Las mujeres canadienses son más propensas a luchar por sus derechos, ser una mujer fuerte en Canadá es prestigioso. Y el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es más una ocasión para que los canadienses recuerden los derechos de las mujeres que su belleza y fragilidad.