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Un testamento en Canadá

Un testamento en Canadá

¿Qué dice la ley, cómo redactar este complicado documento y si los propios canadienses lo consideran necesario?

En 2016, la repentina muerte del cantante Prince, un icono del funk de 57 años, vino acompañada de un escándalo por la falta de un testamento que repartiera la fortuna de 300 millones de dólares. El músico se quedó con 5 hermanastros y una hermanastra, que inmediatamente entraron en una batalla por los bienes. Las partes sólo pudieron llegar a un acuerdo tras 6 años de interminables disputas legales. A continuación, el mundo comenzó a hablar de la importancia de redactar el documento con antelación.

El Instituto Angus Reid de Canadá realizó una encuesta en 2018 que mostró que el 51% de los canadienses no ha hecho su testamento. El 25% dijo que era demasiado joven para hacerlo, casi el mismo número dijo que no tenía suficientes activos y uno de cada 10 dijo que simplemente no quería pensar en morir.

Los expertos han subrayado en repetidas ocasiones que hacer un testamento en Canadá es muy aconsejable. Sin embargo, un estudio de la plataforma Willful en 2020 descubrió que la tasa se ha reducido aún más: el 64% de los adultos canadienses no tienen un documento.

testamento

Se espera que una persona haga su primer testamento cuando sea mayor de edad y que luego lo actualice en función de su situación actual y de la evolución de sus circunstancias. Para ello, Canadá recomienda encarecidamente el siguiente esquema:

Paso 1.

Contrate a un abogado (notario público para Columbia Británica y Quebec) si la situación requiere asesoramiento profesional.

Los servicios jurídicos no son baratos, por lo que los servicios de sucesión en línea son comunes en Canadá. Por ejemplo, las plataformas Willful y Legalwills ofrecen un cuestionario que da lugar a recomendaciones: crear un fideicomiso, tratar con activos extranjeros, etc.

El propio servicio redacta el documento, que luego debe ser firmado por el librador y dos testigos desinteresados para que surta efecto.

Paso 2.

Identifique y especifique dos apoderados:

  • el albacea — la persona en la que usted confía para llevar a cabo sus instrucciones tal y como se describen en el documento: organizar el funeral, dar cuenta de los bienes, supervisar su distribución. El albacea no puede ser un menor de edad o alguien que haya sido condenado por un delito penal. Además, el albacea no debe ser un beneficiario. En caso de circunstancias imprevistas, es aconsejable encontrar un albacea de reserva que pueda asumir la responsabilidad. Puedes elegir a un familiar, a un amigo de confianza o a un profesional;
  • Tutor de los hijos: si quedan hijos menores, puede elegir a alguien de su confianza. El tribunal determinará la identidad del tutor, y la mención de alguien concreto en el testamento de los padres será decisiva.

Paso 3.

Piense en el primer plan, el plan alternativo y la asignación de activos.

La ley canadiense no insiste en ninguna forma de rellenar un testamento, pero el documento debe, no obstante, indicar

  • información sobre usted: nombre completo y dirección;
  • estado civil actual;
  • quiénes son los albaceas, sus datos y contactos;
  • información sobre todos sus hijos biológicos y legalmente adoptados;
  • información sobre los activos y sus beneficiarios (beneficiarios).

Puede dejar su patrimonio a una sola persona, cederlo a familiares, amigos, organizaciones benéficas y comerciales.

En Canadá, lo que se hereda es lo que se llama el saldo de la herencia, es decir, lo que queda después de pagar los impuestos, todas las deudas, los gastos funerarios y otras sumas adeudadas.

Debe indicarse un plan alternativo en caso de que las circunstancias no permitan llevar a cabo el primero: los beneficiarios pueden desheredarse, las organizaciones dejan de existir, etc.

Una vez redactado y firmado el testamento, se convierte en una última voluntad legal. La legislación canadiense no exige que el documento sea notariado, ni que se registre. Se recomienda simplemente guardarlo en un lugar seguro, preferiblemente a prueba de incendios, que sólo conozca el albacea designado.

Firmar un testamento

Tras el fallecimiento del titular del testamento, el albacea lo lleva al tribunal testamentario local para confirmar su legalidad. A continuación, el fiduciario recibe un "Grant of Administration" que permitirá recoger y conservar los bienes del solicitante.

Todos los testamentos en Canadá deben hacerse por escrito, pero algunas provincias, como Alberta, aceptan testamentos manuscritos u holográficos y Columbia Británica le permite hacer uno en línea.

De acuerdo con la legislación canadiense, si no se hace un testamento, el tribunal nombrará a un cuidador testamentario para asegurar los bienes. A partir de entonces, los bienes se distribuirán de acuerdo con las leyes de la provincia o el territorio que decida el tribunal. Hay reglas generales: por ejemplo, si el fallecido tiene un cónyuge pero no tiene hijos, todo el patrimonio pasa al cónyuge. En el caso de un cónyuge superviviente y un hijo, los bienes se dividen de la siguiente manera: los primeros 200.000 dólares de la CAD irán a parar al cónyuge; lo que quede se dividirá a partes iguales entre el cónyuge y el hijo.

Los bienes sólo se transfieren al Estado si la persona no tiene parientes, incluidos los lejanos.

En Canadá, puede ocuparse del final de su trayectoria vital no sólo haciendo un testamento. El gobierno ofrece diferentes opciones:

  • cuidados paliativos;
  • la no reanimación voluntaria;
  • la retirada voluntaria del tratamiento;
  • sedación paliativa para el confort;
  • opciones de atención médica en la muerte.

También es posible legalmente planificar los cuidados, cuando una persona elabora un plan por escrito en el que se exponen las situaciones relacionadas con el estado del paciente, sus cuidados y otras circunstancias. Además, se puede elegir a una persona responsable para que tome decisiones si el enfermo es incapaz de hacerlo. La persona puede ser designada por la Audiencia Provincial, normalmente un familiar o amigo cercano.

Canadá se responsabiliza de los asuntos relacionados con la vejez y el final de la vida y trata de proporcionar a sus residentes comodidad y seguridad. No obstante, merece la pena ocuparse uno mismo de la parte financiera, ser inteligente y previsor a la hora de redactar el testamento y no descuidar la ayuda de los profesionales.

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