Factura mensual de alimentación de una familia canadiense tipo en 2022
Los precios de los alimentos en las tiendas canadienses han subido con respecto a 2021. ¿Qué esperar en 2023?
Para analizar los niveles de precios y predecir los precios del año siguiente, los investigadores canadienses analizan los suministros y sus costes y obtienen los precios medios de los alimentos. Su investigación muestra que, en 2022, el hogar medio de 4 personas gastará 15.222 CAD al año en alimentación. Esto supone un 10% o 966 CAD más que en 2021.
Sylvain Charlebois, catedrático de dietética de la Universidad Dalhousie, que dirigió el equipo de investigación, declaró: "A finales de 2021, preveíamos un aumento de los precios del 7%. Muchas personas no estaban de acuerdo con nosotros y calificaron nuestras previsiones de alarmistas. El resultado es un aumento del 10%.
A pesar de la ralentización de la inflación, los alimentos en las tiendas son cada vez más caros. La subida continuará en 2023. Los investigadores afirman que:
- Los productos lácteos, cárnicos y de panadería serán más caros;
- Los precios de las frutas y hortalizas podrían aumentar un 5% y un 8%, respectivamente.
Así, se calcula que la factura de la compra de una familia media en 2023 será de 16.288 dólares canadienses al año. Esto significa que los alimentos costarán 1.065 CAD más que en 2022. Esto está calculado para una familia de 2 adultos y 2 niños adolescentes.
El aumento del coste de la carne y los productos lácteos en 2022 se produce tras las subidas récord de los precios de los cereales y los piensos para el ganado, que antes costaban 300 CAD por tonelada y ahora se venden a 525 CAD. La inflación, la subida de los tipos de interés en Estados Unidos y la crisis mundial tampoco han pasado desapercibidos para la economía canadiense.
Aún no se espera una caída de los precios y una vuelta a los índices anteriores, pero se prevé una estabilización en la segunda mitad del año. El coste de la gasolina ha bajado, lo que significa que los suministros saldrán más baratos.
Pero algunos canadienses son bastante optimistas. Se dan cuenta de que no es la primera ni la última inflación. La gente sólo tiene que mentalizarse para los tiempos difíciles, comprar en rebajas, reconsiderar su cheque diario, suprimir los excesos y los alimentos precocinados.