Canadá podría aprobar una nueva ley sobre bebidas alcohólicas
Su objetivo es prevenir la adicción al alcohol entre la población.
El gobierno canadiense está estudiando una nueva ley que debería reducir el consumo de alcohol entre la población y prevenir nuevos casos de adicción. Sin embargo, no está relacionada con el aspecto económico, sino que pretende informar a la población sobre los riesgos potenciales.
El estereotipo de que a los norteños les gusta beber es cierto en el caso de los canadienses. Beben mucho, y ni siquiera los elevados impuestos sobre el alcohol les detienen. En el país se cometen muchos delitos debido a la embriaguez, y también pasa factura al presupuesto del país. El abuso del alcohol enferma a la gente y disminuye su capacidad de trabajo. A veces se convierten en un peligro para la sociedad. Resulta que la sanidad canadiense gasta millones de CAD en tratar enfermedades relacionadas con el alcohol, y los empresarios canadienses pierden dinero cuando sus empleados rinden mal debido a las resacas. Pero lo más triste es la pérdida de vidas humanas. Periódicamente, alguien se pone al volante borracho y atropella a los peatones, y alguien se enzarza en una pelea violenta.
El proyecto de ley fue propuesto por el senador Patrick Brazeau. Este notable político fue marine y campeón de kárate. Se convirtió en el senador más joven de la historia de Canadá. También es indígena canadiense. Solía tener un gran problema con la bebida: bebía mucho y a menudo faltaba a las reuniones del Senado. Fue acusado de violencia doméstica y en 2016 intentó suicidarse: fue encontrado sangrando y con heridas cortantes en la garganta. Todo el mundo esperaba el fin de su carrera política, pero Brazeau supo recomponerse. No había tomado ni una gota de alcohol en los últimos tres años, había vuelto con éxito al trabajo y había vuelto a ganarse la confianza de los canadienses. Ahora impulsa un nuevo proyecto de ley sobre bebidas alcohólicas. Según éste, cada botella de una bebida con grados debe llevar la etiqueta "¡Cuidado, provoca cáncer!".
Está científicamente demostrado que el alcohol tiene efectos cancerígenos. Patrick Brazeau señala que es el único de los carcinógenos más potentes cuya venta pública no está prohibida. Cree que hay que advertir a la gente de forma clara y comprensible sobre los riesgos asociados al alcohol. En su opinión, los científicos, médicos y políticos no deberían decir "el alcohol puede ser peligroso para la salud", sino "el alcohol provoca cáncer, problemas legales y degradación mental".
Si los canadienses saben que el alcohol puede ponerles en riesgo de padecer tumores malignos, quizá empiecen a beber menos. Aun así, cuidan su salud: intentan comer bien, van al gimnasio y disfrutan con los deportes de invierno. La posibilidad de contraer cáncer les asusta, pero rara vez la asocian con el consumo de alcohol.
La madre de Brazeau murió de cáncer, así que él sabe lo horrible que es esta enfermedad. Las estadísticas muestran que más del 25% de los canadienses que beben habitualmente desconocen las enfermedades que provoca el alcohol. El senador espera cambiar esa situación, pero no cree a sus colegas. Ahora están estudiando su proyecto de ley, S-254. El problema es que muchos políticos adoran el alcohol y empresarios muy influyentes se benefician de su venta. Fabricar cerveza, vodka, licor y brandy es una parte importante de la economía canadiense en la que no conviene interferir.
Brazeau piensa luchar hasta el final y difundir los peligros de la bebida. Tiene por delante 26 años más como senador. Médicos y policías le apoyan, pero los fabricantes y minoristas de bebidas alcohólicas se muestran escépticos. Muchos miembros del gobierno no quieren recortar una fuente de ingresos: los impuestos de los licores llenan regularmente las arcas. El resultado de la votación sobre el proyecto de ley se conocerá en los próximos meses. Ahora se está estudiando en el Parlamento.