Canadá elegirá un emplazamiento para el almacenamiento de residuos nucleares en el nuevo año
Las comunidades deben aceptarlo voluntariamente.
En 2024, Canadá tendrá que abordar la cuestión del enterramiento subterráneo de residuos nucleares. Según el plan, la Organización de Gestión de Residuos Nucleares acordará el lugar donde se colocará el combustible nuclear gastado: en una red de cuevas conectadas por túneles. La profundidad del enterramiento será fenomenal: equivalente a la altura de la Torre CN de Canadá (555 metros). El único punto blanco de este elaborado plan es la ubicación. Las autoridades tienen en mente dos ubicaciones, pero los residentes de las comunidades cercanas deben dar su consentimiento voluntario.
Votar
Ambos yacimientos están situados en la provincia de Ontario. Uno en el noroeste, cerca del lago Wabigoon, y el otro en el sur, cerca del río Saugeen y la ciudad de South Bruce. Los municipios y los pueblos indígenas tienen previsto votar el año que viene.
El proceso de creación de un depósito geológico profundo lleva en marcha más de 20 años, y ya se han destinado unos 26.000 millones de dólares canadienses al proyecto. Sin embargo, la decisión final requiere el consentimiento de las comunidades, que se obtendrá o no mediante referendos.
Ventajas e inconvenientes
Tanto el municipio como los pueblos indígenas de las inmediaciones de cualquiera de los emplazamientos propuestos deben confirmar su voluntad de albergar el depósito. South Bruce tiene previsto celebrar un referéndum a finales del año que viene. El alcalde ve un gran potencial de creación de empleo directo e indirecto si el repositorio se ubica allí.
Sin embargo, los ecologistas de un grupo de defensa del agua dulce se oponen. No lejos de South Bruce está Walkerton, donde en 2000 murieron siete personas y miles enfermaron tras beber agua contaminada.
"En última instancia, si ambas zonas dicen que no, tendremos que empezar de nuevo, y con nosotros me refiero a Canadá", declaró Lise Morton, vicepresidenta de selección de emplazamientos.
Los ingenieros del proyecto prometen que el diseño es bastante seguro. En la instalación de almacenamiento prevista, los materiales radiactivos estarán bajo múltiples capas de protección y, para que se produzca una contaminación, "todo tiene que fallar".
La obtención de las autorizaciones reglamentarias llevaría unos 10 años y la construcción otros 10 años. El combustible gastado se cargará durante unos 50-60 años y después entrará en una fase de "vigilancia ampliada" que durará unos 70 años.