Un intento de "cancelar" a un psicólogo popular
Cómo la diferencia de perspectiva en Canadá revela un conflicto global.
Jordan Peterson es un académico canadiense de psicología clínica de fama mundial. No sólo ha enseñado en Harvard y en la Universidad de Toronto, sino que tiene un enorme éxito comercial tras haber publicado varios libros.
En los últimos cinco o siete años, mientras en Estados Unidos, Canadá y Europa Occidental se debatía sobre la identidad de género, el papel de la mujer en la sociedad y el de los hombres como "opresores históricos", Peterson se ha convertido en una de las figuras más notables que desacreditan tales ideas sobre el orden mundial.
Pero no se trata de sus opiniones: sus entrevistas o apariciones públicas, se pueden encontrar fácilmente en Internet. Es un caso en el que un grupo de personas intenta cancelar a un experto importante, cuya posición es conocida desde hace tiempo, y que también fue "cancelado" por una empresa enorme como Twitter. Ocurrió en el verano de 2022, pero la oleada de ataques contra él no ha cesado.
La última vez que le ocurrió algo así al que quizá sea el hombre más influyente del mundo de los últimos años fue cuando el expresidente estadounidense Donald Trump fue "cancelado" por Twitter. Acabó creando su propia red social, Truth Social.
Jordan Peterson tiene previsto hablar en Kelowna, Columbia Británica, para promocionar su libro "Más allá del orden: 12 reglas más para la vida". Sin embargo, un funcionario del ayuntamiento ha iniciado una petición para cancelar su visita.
"La violencia contra las mujeres y las personas 2SLGTBQIA+ comienza con las palabras, por lo que dar a este hombre una plataforma para hablar está afectando directamente a la seguridad de las comunidades marginadas", dice la petición, al tiempo que pide al alcalde de la ciudad de Kelowna, Tom Dyas, y a todos los miembros del consejo que cancelen la próxima parada.
"He sido cancelado por gente mejor que esta lamentable pandilla. Narcisistas censuradores con señal de virtud", tuiteó Jordan Peterson en respuesta.
No es la primera vez que personas de opiniones radicalmente opuestas se enfrentan violentamente. Esta polarización es, en muchos sentidos, un signo de la crisis de los últimos 5-7 años en Norteamérica, una crisis que comenzó en Estados Unidos y luego se extendió a Canadá y el norte de Europa: escándalos, procesamientos e insultos públicos se han convertido en moneda corriente en los debates sobre la igualdad de género y la libre elección.
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No es la primera vez que algunos intentan anular públicamente a un psicólogo canadiense.
Una carta abierta firmada por 36 grupos, entre ellos el Consejo de Canadienses, Horizon Ottawa y la Coalición de Ottawa para Acabar con la Violencia contra las Mujeres, pedía al ayuntamiento de Ottawa que apoyara la causa. El concejal Ariel Troster apoyó la cancelación del acto y abordó la situación en una carta abierta.
El acto de Peterson "socava el trabajo que la ciudad y las organizaciones comunitarias están haciendo para crear comunidades más fuertes y equitativas", dijo.
Peterson acabó hablando al público a la hora prevista. Los manifestantes no se presentaron a la reunión.
Jordan Peterson es uno de los casos de un hombre que sostiene una opinión "impopular". "Impopular" porque la tendencia no la marca él, sino sus oponentes. De hecho, en Canadá, Estados Unidos y Europa Occidental se dan situaciones en las que los ideales relacionados con la identidad de género penetran en la vida cotidiana de las comunidades locales.
Por desgracia, las estadísticas lo confirman. Los programas más populares de EE.UU. (Jordan Peterson pasa gran parte de su tiempo en EE.UU.) tienen ahora más programas de televisión y debates relacionados con el papel de la mujer en el mundo, la confrontación entre mujeres y hombres y las cuestiones de género.
Cómo empezó todo
El intento de "cancelar" a alguien comenzó a extenderse después de que un periódico de renombre, "The New York Times", publicara un artículo en 2017 sobre el acoso de Harvey Weinstein. Por aquel entonces, en 2017, nadie podía imaginar que un artículo de periódico provocaría cambios radicales no solo en la industria cinematográfica, sino en todo el mundo.
Por un lado, demuestra el poder que tienen los medios de comunicación cuando hablan de temas realmente importantes, complejos, relevantes. El poder de la palabra publicada puede cambiar el rumbo de la vida pública.
Además, la sociedad se mostró dispuesta a pedir cuentas a quienes habían permanecido en la sombra durante décadas. Periodistas, actores, magnates, empresarios, deportistas... docenas de personas se vieron envueltas en un torbellino de escándalos que "anularon" sus antiguos méritos por sus actividades profesionales, porque su autoridad moral había quedado minada.
Sin embargo, es absolutamente necesario decir que hubo personas que se aprovecharon de este proceso y anularon" a alguien que no les gusta, que envidian, que odian. El ejemplo más flagrante es el totalmente querido por el público y exquisitamente educado Johnny Depp. En 2017, tras las acusaciones en su contra, su carrera se fue al traste: los productores le apartaron de películas como la franquicia "Fantastic Beasts", las marcas rescindían contratos y los fans empezaron a apartarse por la mera acusación pública de que había hecho algo sin escrúpulos.
El año pasado el juicio terminó demostrando su inNOCencia y desestimó todos los cargos contra él, pero nadie le devolverá esos cinco años que le quitaron desde 2017.
Es cierto que los temas de la igualdad y la identidad de género, la libertad de elección y la libertad de hablar en público y argumentar las propias opiniones están candentes en la sociedad canadiense actual. Pero siempre hay lugar para el debate, aunque no sea fácil. La oportunidad de hablar siempre está ahí. La democracia nos permite buscar y encontrar respuestas a los retos a los que nos enfrentamos, ayuda a encontrar puntos en común, ayuda a reconocer y respetar los derechos de quienes pueden sentirse insultados o solos.
Y el mayor logro de la sociedad canadiense es que, a pesar de los retos que surgen, la democracia ayuda a encontrar una salida.