Canadá destina $732 millones CAD a vacunas para los países pobres
Los médicos creen que la mayoría de los canadienses no necesitan una cuarta vacuna.
El 12 de mayo, el Primer Ministro Justin Trudeau asistió a la Cumbre Mundial virtual sobre el COVID-19 y anunció la contribución de Canadá a la lucha general contra la propagación del virus. Los países participantes en la cumbre, convocada por Estados Unidos, creen que ayudar a los países que no pueden proporcionar vacunas a su población es la mejor estrategia en estos momentos.
El Comité Consultivo Nacional de Inmunización de Canadá recomendó a finales de marzo que sólo se administrara una segunda dosis de refuerzo de la vacuna a las personas mayores de 70 años o a las que tuvieran la inmunidad comprometida.
Aunque la protección contra el coronavirus se debilita algún tiempo después de la vacunación, hasta ahora Canadá considera que una dosis de refuerzo es suficiente. Las estadísticas confirman que si las personas se infectan después de tres dosis de la vacuna, tienen más facilidad para enfermar mucho más fácil.
Ni siquiera las provincias más pobladas de Canadá van a volver a un régimen de máscaras y a la exigencia generalizada de certificados de vacunación a corto plazo. Se teme un nuevo brote de coronavirus en el Canadá atlántico. El porcentaje de personas infectadas con COVID-19 en Nueva Brunswick, Nueva Escocia y la Isla del Príncipe Eduardo es el doble de la media nacional.
La Columbia Británica y Ontario están trabajando para que todas las personas mayores reciban una segunda dosis de refuerzo de la vacuna lo antes posible. Ontario ha rebajado la edad a partir de la cual se recomienda una cuarta vacuna a los 60 años. Para los indígenas, el límite de edad es aún más bajo: en la Columbia Británica, la segunda dosis de refuerzo es a partir de los 55 años; en el Territorio del Yukón, a partir de los 50.
