Las autoridades de Toronto han encontrado una forma interesante de complementar el presupuesto local
Un nuevo impuesto permitiría recaudar 66 millones de dólares canadienses en un año. ¿Quién pagará?
A partir de febrero de 2023, todos los propietarios de viviendas en Toronto en las que no se haya vivido más de 6 meses tendrán que pagar un nuevo impuesto. Muchos residentes, por supuesto, están indignados y dirigen sus quejas a las autoridades locales.
El objetivo del nuevo impuesto es presionar a los propietarios para que tengan el menor número posible de viviendas vacías en la ciudad. Los propietarios deberían venderlo o ponerlo en el mercado de alquiler. Es una forma de superar la crisis de la vivienda.
Se comprueban las propiedades vacías: si nadie vive en ellas durante 6 meses al año, o si la casa no se utiliza como residencia principal del propietario o de los "ocupantes permitidos", está sujeta a impuestos adicionales. La propiedad se evalúa sobre la base de los tipos de mercado. Hay que pagar una tasa del 1% del valor total. Los propietarios pueden ser multados con entre 250 CAD y 10.000 CAD por evasión.
Todos los propietarios recibirán un aviso ya en marzo o abril, y el plazo para pagar el impuesto finaliza el 1 de mayo.
La ley prevé una serie de excepciones:
- el propietario pasa la mayor parte del tiempo en otro lugar porque está cuidando a una persona enferma o mayor;
- se están realizando obras de renovación, construcción o reconstrucción en la vivienda;
- el propietario suele irse al extranjero durante un largo periodo de tiempo por trabajo o a una casa de campo;
- la vivienda está vacía porque los nuevos propietarios no la han heredado tras el fallecimiento del arrendador, o porque la propiedad no tiene dueño por algún otro motivo.
El gobierno del alcalde John Tory afirma que Toronto necesita más viviendas de alquiler. Este impuesto ya existe en muchas ciudades canadienses. En Vancouver, por ejemplo, ayudó a devolver al mercado de alquiler unas 6.000 viviendas en el primer año.
Las autoridades municipales calculan que el impuesto podría generar 66 millones de dólares canadienses al año.